Idea Central: “Yo soy el camino, la verdad y la vida —le contestó Jesús—. Nadie llega al Padre sino por mí.”—Juan 14:6
Mensaje para hoy:
Los laberintos pueden ser una actividad divertida al exterior—siempre y cuando no te quedes extraviado en uno. A veces, nuestra existencia se siente como un laberinto: vagamos por todas partes sin un sentido claro de dirección, con la esperanza de toparnos con una vida realmente vibrante y significativa. Y mientras buscamos ese tipo de vida, también queremos encontrar la verdad, lo que puede parecer igualmente difícil de alcanzar.
Jesús hace una gran declaración en el versículo de hoy: él dice que él es el camino hacia Dios, él es la verdad que necesitamos, y él es la vida que queremos.
¿Por qué Jesús es capaz de hacer estas afirmaciones? Si Jesús es Dios, entonces él tiene las llaves que necesitamos para experimentar una vida que tenga significado. Y en un hermoso gesto de amor, él nos extiende este tesoro, mientras nos esforzamos a través de las interrogantes del día a día y los desafíos de nuestras vida.
Conocer a Dios. Encontrar la verdad. Estar verdaderamente vivos. A pesar de que estas cosas suenan demasiado buenas para ser verdad, Jesús promete estas realidades a aquellos que lo siguen.
Considera esto:
¿Qué de lo que te ofrece Jesús, responde a alguna necesidad crucial para ti en este momento?
¿Cómo sería tu vida diferente si Jesús respondiera esa necesidad?
Toma acción:
Anota la necesidad más importante en tu vida en este momento. Dedica algún tiempo a hablar con Jesús sobre esa necesidad. Copia este versículo y utilízalo para recordarte que Jesús te ofrece todo lo que necesitas.
¿QUIERES CONOCER A DIOS PERSONALMENTE?
Dios nos ama y tiene planes increíbles para nuestras vidas, pero ¿cómo llegamos allí?
Los siguientes pasos trazan un camino claro que Dios preparó para que encontremos una relación con Él.